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WICKED: ¿Cómo ser más OZ que Broadway?

Wicked, es una adaptación del exitoso musical de Broadway, que en general ha recibido críticas positivas por parte de la prensa especializada. Pero también tiene severos cuestionamientos que le exigen zonas de mejora o de plano la desbaratan, como yo.


Para quienes la aman, es la película más entretenida del año y el musical de acción en vivo más deslumbrante de Hollywood desde Chicago (2003) y de obra maestra musical no la bajan, elogiando las actuaciones de sus protagonistas, y no solo destacan el talento sino la química cómica (suena a mágico-cómico-musical) de Cinthya Erivo y Ariana Grande, la vibrante puesta en escena, su montaje y vestuario, entre otros valores técnicos de producción.


Los no fanáticos del musical le cuestionan falta de coherencia en los tonos, al no poder manejar los cambios entre comedia (mundo Barbie de Ariana Grande) y el drama bruji-verde marginal (de Erivo) además de poca profundidad temática, como el del autoritarismo y el bullying por ser diferente.  




¿Cómo hacer que Broadway se vea menos Broadway y más Oz?

Si El mago de Oz (1939) nos enseñó que no hay lugar como el hogar, Wicked nos confirma que no hay lugar como Hollywood para alargar una historia que ya era lo suficientemente efectiva en el escenario, pero que ahora se divide en dos partes porque, claro, la taquilla manda.


Dirigida por Jon M. Chu (Crazy Rich Asians, In the Heights), Wicked intenta hacer magia con efectos visuales que parecen una colaboración entre el departamento de CGI de El Cascanueces y los Cuatro Reinos (2018) y un comercial de maquillaje de Ariana Grande. No obstante, lo que realmente sostiene la película es la actuación de Cynthia Erivo como Elphaba, porque si ella no te hace sentir el dolor de ser una bruja verde incomprendida, es posible que tengas el alma de algoritmo. Aunque sinceramente, a mí me costó trabajo conectarme emocionalmente con su verdez-negra que me impedía apreciar bien su acting.


Por su parte, Ariana Grande interpreta a Glinda como si estuviera en un reel de Mean Girls (2004), pero con más notas altas y menos chistes memeables. Su voz es angelical, sí, pero en su actuación parece más preocupada por el contouring que por darle profundidad a su personaje. Aunque, quizá su química con Erivo es lo que hace que la película vuele más allá del departamento de vestuario y los decorados que parecen robados de Los juegos del hambre.





¿Qué tan malvada es la codicia de Hollywood?

Hollywood tiene tres grandes obsesiones: la primera, adaptar musicales exitosos con resultados que van desde la gloria (Chicago,2003) hasta el horror (Cats,1998). La segunda, partir en dos cualquier historia con suficiente fandom para justificar el doble de taquilla -Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, (2010); Crepúsculo: Amanecer, (2011) Los Juegos del Hambre: Sinsajo (2014). Y la tercera, replantearnos si las villanas, las malas de los cuentos como Maléfica, realmente nacen malditas o si la sociedad las empuja a ser verdes o a tener cuernos.


Con Wicked, Universal dijo: “¿Y si hacemos las dos cosas al mismo tiempo?”. Y así nació este innecesario Parte 1 y 2 que no existe por exigencias narrativas, sino por pura estrategia de mercado.


El musical original dura poco más de dos horas y funciona perfectamente como un todo. La película, en cambio, decide cortar la historia a la mitad con la justificación de que así “le da más profundidad a los personajes”, cosa que nunca hace.  En Parte 1 la peli termina justo cuando Elphaba y Glinda empiezan a tomar caminos opuestos. O sea, nos dejan en el clímax emocional con la promesa de que “lo bueno viene después”. Eso es como si fueras a cenar a un sitio nice de La Condesa donde te sirven el aperitivo y te dicen que el plato fuerte llega en un año.


Aquí la comparo con Dune: Parte 2. Denis Villeneuve sí tenía razones de peso para dividir la adaptación: Dune es una obra densa, filosófica y llena de personajes que requieren su tiempo en pantalla para no parecer figurines. Wicked, en cambio, es un musical que no necesitaba un segundo acto alargado artificialmente. Pero claro, Dune 2 es cine-arte-ciencia-ficción con tintes de épica shakesperiana, mientras que Wicked es un bombón multicolor hecho para explotar la nostalgia y el bolsillo del espectador.






Los Oscar y la obsesión con los musicales

Otra cosa que hemos aprendido de la Academia, es que le encanta lucir grandes números musicales en la ceremonia, incluso cuando las películas en cuestión no son precisamente ganadoras. Y aquí Wicked tiene una ventaja: con el Oscar programado para el 2 de marzo, es casi seguro que Universal aprovechará la gala para darnos un show espectacular con Cynthia Erivo y Ariana Grande cantando Defying Gravity, su momento más icónico. Después de todo, la última vez que un musical realmente dominó la premiación fue con La La Land, y todos sabemos cómo terminó eso (fíjese que siempre no, Moonlight, 2016).


Nominaciones al Oscar

Sorprendentemente, Wicked logró colarse en Mejor Película, robando el lugar a otras películas como Queer con una parte de la vida en México del poeta del Beat, William Burroughs o La Habitación de al lado de Almodóvar y el tema de la eutanasia.

Las posibilidades de premio de Wicked son disparejas. Actuaciones sólidas, vestuario de lujo y diseño de producción llamativo la ponen en competencia. Pero, cómo premiar una historia que no estaba completa y que hasta este año nos dio un desenlace.  Este será el mismo problema de Dune: Parte 2.




Aquí un repaso de sus nominaciones y posibilidades reales:


  • Mejor Película 🏆 ❌


    Su inclusión es más un reconocimiento a la escala del proyecto que una señal de que puede ganar. Su victoria sería tan inesperada como ver a la Bruja Mala cantando un dueto con un cardenal de Cónclave o ver a Ariana Grande en el tubo de Anora.


  • Mejor Actriz (Cynthia Erivo) 🏆 ❌


    Erivo está increíble, pero su camino está bloqueado por dos muy buenas amenazas que son Demi Moore por La Sustancia, que ha ganado la categoría en casi todas las premiaciones de la temporada y Mikey Madison por Anora, que ganó el BAFTA. Hoy con los SAGs se decide quién gana el Oscar esta presea.


  • Mejor Actriz de Reparto (Ariana Grande) 🏆 ❌


    Actúa de ella, superficial y banal wokie, y desde ahí no puede destronar a Zoe Saldaña que ya casi tiene la estatuilla en su buró.


  • Mejor Diseño de Producción 🏆


    Aquí la competencia es feroz, Dune Parte 2 lidera el premio, seguida de Cónclave y El Brutalista. Wicked tiene un Oz recargado de detalles y si los votantes están en mood colorido y teatral, podría dar la sorpresa.


  • Mejores Efectos Visuales 🏆 ❌


    Su CGI es decente, pero no revolucionario. Aunque se le acusa de haber abusado del uso de IA. ¿Y a quien no en esta categoría? Este premio tiene pinta de Dune Parte 2 o de simio (El reino del planeta de los simios)


  • Mejor Sonido 🏆 ❌


    No es que el sonido sea malo, pero esta categoría es terreno de Dune Parte 2


  • Mejor Montaje o edición  🏆 ❌


    Le apuesto más a El Brutalista o Cónclave (ahora que tal vez pronto haya un cónclave real en Roma)


  • Mejor Banda Sonora 🏆 🤷‍♂️


    La música de Stephen Schwartz sigue siendo espectacular, pero al no haber sido nominada a Mejor Canción, pierde fuerza en su impacto. Puede dar pelea, pero nuevamente Cónclave y El Brutalista dominan.


En resumen, Wicked es un festín visual con momentos espectaculares y otros donde la emoción parece generada por inteligencia artificial. Erivo es la reina de la función, y aunque Grande cumple, su Glinda se siente más como una influencer en el metaverso que como un personaje tridimensional. ¿Vale la pena verla? Sí, sobre todo si amas el musical original o quieres un pretexto para cantar Defying Gravity en la ducha.


 ¿Es la mejor película del año? No. Pero en tiempos donde se nomina algo como Emilia Pérez, todo puede suceder.

 

 

 
 
 

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